Resistencia al Cambio
Los cambios requieren una sintonía de todos los colaboradores. Sin embargo, hay ocasiones en que los factores de resistencia entorpecen el aprendizaje. Esto se puede generar por varias razones: apatía, experiencias negativas, falta de compromiso, frustración, incertidumbre o miedo a lo desconocido. También pueden ocasionarse por la falta de claridad en el proyecto o la mala comunicación. A continuación desarrollamos estos factores con mayor profundidad.
En caso de que se detecte algún grado de resistencia, se tiene que proceder con paciencia y claridad. Lo primero es prever este tipo de situaciones, ya que son normales en todos los procesos de cambio. Después hay que verificar la estrategia de comunicación, pues puede ser que no esté logrando el grado de compromiso esperado. Para ello, se debe diagnosticar la gravedad de la resistencia. No es lo mismo enfocarse en un empleado que en un grupo amplio que se resiste al cambio, por lo tanto, hay que conocer la gravedad de la situación para constatar si se trata de un problema aislado o de una falla en la claridad del proyecto.
No obstante, también se debe considerar la presencia de los denominados colaboradores tóxicos, que contaminan con sus comentarios, siembran pánico y rumores o bloquean las iniciativas. Estas personas han caído en una zona de confort, desde la cual ven cualquier cambio como un riesgo o una muy grande dificultad. Por ello, una mejora organizacional debe impactar de manera favorable en los empleados. Se trata de una cuestión de actitud y buena voluntad para aceptar los cambios, de tal modo que los colaboradores tóxicos queden aislados o fuera de la empresa sin impactar en la armonía interna.
Para lograr una sintonía y disminuir el factor de resistencia entre los colaboradores, es necesario provocar el contagio de compromiso. Este concepto sólo se refiere a la capacidad de motivar a otro ser humano a partir de convicciones propias. El objetivo de toda la estrategia para gestionar el cambio es provocar una motivación en los distintos colaboradores. Sin duda, eso no se consigue sólo mediante estímulos o argumentos, sino que también se provoca por el grado de pertenencia a un grupo. De ahí parte la importancia de una comunicación eficaz, que llegue a los diferentes empleados y provoque el compromiso con la empresa.
¿Quién puede provocar ese contagio? Cualquier miembro de la empresa puede generarlo, desde la alta dirección hasta el responsable de recepción; los gerentes de ventas, los analistas de recursos humanos, todos se pueden involucrar en la estrategia de transformación y permitir que ocurra en las mejores condiciones; por ello, es importante el ambiente sano entre los empleados, que puedan compartir sus puntos de vista y beneficiar los objetivos de la empresa.
Por todo ello, la buena comunicación es el pilar de la estrategia, pues permite que los objetivos estén claros y que los empleados entiendan el porqué de sus acciones. Sin embargo, es cierto que cada área de la empresa tiene enfoques distintos y persigue metas diferentes; por eso, conviene fijar objetivos individuales que permitan dar un seguimiento a los logros de las diferentes áreas. Esos objetivos tienen que ser alcanzables y medibles, de acuerdo con la capacidad de cada uno. Tratamos con seres humanos, no con máquinas, por lo que los desempeños son diferentes y están sujetos a muchas variables relacionadas con los sentimientos y pensamientos de cada persona.