Mejor pertrechados frente al 2022
Concluido el primer mes del año, la incógnita para el sector empresarial es cuál será el comportamiento de nuestra economía en vísperas de un eventual término de la pandemia, pero, aún inmersos en un desajuste logístico de las cadenas de suministro global, inflación y riesgos geopolíticos.
La humanidad entera está por cumplir dos años de afrontar una terrible crisis sanitaria que la ha obligado a modificar muchas formas en el estilo de vida que se tenían antes de esta pandemia, repercutiendo en todas las esferas de la vida cotidiana: la economía, los negocios, el cuidado de la salud, el entretenimiento, la convivencia social y muchas más. Por supuesto, el deseo generalizado es que pronto recuperemos una nueva normalidad que permita retomar proyectos y realizar la vida sin tanta angustia por los riesgos sanitarios, lo que dará cabida para aprovechar las oportunidades de desarrollo económico y social, que toda nación anhela. Pero quién es capaz de pronosticar el futuro si las variables en juego aún son de alta incertidumbre; sumado a que la información que emana de los medios de comunicación es confusa y muchas veces contradictoria.
Aún así, es importante analizar las oportunidades y retos que se avizoran en el horizonte. Por esta razón, nos dimos la oportunidad de conversar unos minutos con Marcelo Delajara, Doctor en Economía, director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) y conferencista del Congreso Ferretero SUMMIT, entre muchas otras actividades dentro de la función pública, consultoría y academia.
“Los niveles de confianza, particularmente los empresariales, se han recuperado. Podemos afirmar que hay cierto optimismo, en lo general, acerca de la economía.”
Iniciamos la entrevista consultando al Doctor Delajara por las oportunidades de crecimiento que tiene nuestra economía en los contextos actuales: “Es evidente que estamos aún bajo los efectos de la pandemia, sin embargo, estamos mejor pertrechados para hacerles frente. 2020 fue trágico por la caída en la actividad económica. El PIB cayó 8.3 por ciento a nivel anual respecto a 2019. En cambio, 2021 fue un año de recuperación, aunque datos recientes muestran que hacia final de año hubo cierta desaceleración y la recuperación se volvió más lenta. Sin embargo, continúa.”
Por otro lado, existen ciertos riesgos en la parte financiera que probablemente sean menores debido a que, en gran medida, el mercado ya los ha asumido. En pocas palabras, la recuperación va a continuar, quizás a un ritmo un poco más lento que la primera parte de la pandemia, experimentada el año pasado. El camino, pues, es un camino de recuperación y esperamos que estas señales de desaceleración que han aparecido en los últimos meses, poco a poco se disipen.”