La Normalización del Mercado: Productos de Calidad
La actividad productiva en el país necesita fortalecerse y crecer con solidez. Para lograrlo se requieren ciertas cosas como inversión, estímulos fiscales, capacitación y desarrollo tecnológico, por mencionar sólo algunas.
Pero algo esencial, en lo que podemos actuar todos, es en conocer las leyes, reglamentos y normas de operación de nuestras actividades productivas, y cumplir con ellas.
Japón: un ejemplo a emular
Es muy conocido, y motivo de gran admiración, el caso de la sociedad japonesa que se levantó muy prontamente de la enorme destrucción que le dejo la Segunda Guerra Mundial, su reconstrucción estuvo basada en la enorme disciplina y trabajo de muchas personas y empresas, que comprendieron lo importante de sumar esfuerzos, organizarse y trabajar muy duro para un fin común. Los sacrificios que hicieron los japoneses por muchas décadas, son muy conocidos, y hoy se les reconoce como una enorme potencia económica y tecnológica; pero no sólo en eso, también son una sociedad reconocida por sus enormes principios y valores éticos y sociales, fundamentales para una sana convivencia.
Si repasamos algunas de la definiciones de la palabra disciplina, encontraremos por ejemplo que: “es el conjunto de reglas de comportamiento para mantener el orden y la subordinación entre los miembros de un cuerpo, o una colectividad, en una profesión” o “es la coordinación de actitudes, con las cuales se instruye, para desarrollar habilidades más rápidamente, o para seguir un determinado código de conducta u orden”. Basándonos en estas definiciones, podemos resumir que la disciplina es hacer lo que tenemos que hacer, cuando nos toque hacerlo, tengamos ganas o no; y creer que lo que estamos haciendo, tiene una razón valiosa de ser.
La disciplina laboral
Lamentablemente, y en este sentido, la disciplina puede tener connotaciones negativas para las sociedad actuales, ya que implica la ejecución forzosa de una orden —es decir, la garantía de que las normas se lleven a cabo— que puede ser regulada a través de una sanción, generando en ocasiones, conflictos entre autoridades y particulares. Sería mejor entonces, hablar de autodisciplina, es decir, imponerse retos y objetivos propios, que modifiquen nuestra conducta individual, anteponiendo el bienestar colectivo, sin renunciar al propio, en la búsqueda de ideales más altos.
Si existiera una sociedad sin normas y sin voluntad, imperaría la autoridad del más fuerte, donde todos los ciudadanos tratarían de establecer su propio orden y ejercer la justicia como cada quien lo interprete o le convenga. No se tiene un dato preciso del origen de las normas, pero surgen a partir de la necesidad de establecer orden entre un grupo de personas, garantizando con ello la convivencia a través de una regulación de conducta. En el mundo de los negocios, la competencia en los mercado, la fabricación de productos y sus efectos a la sociedad, son actividades que están enmarcadas en diversos ordenamientos de carácter local, estatal y federal. A partir de hoy, trataremos en esta sección, de compartir conceptos e información necesarios para el conocimiento oportuno de la normatividad en materia de productos y servicios, que ofrece el canal ferretero de nuestro país.