Fecego, pescando oportunidades
La historia de esta ferretería comenzó hace más de treinta y cinco años, cuando después de varios cambios llegó a ser Ferretera Central del Golfo (FECEGO).
Mientras los mexicanos decidían por quién votar para presidente de la República Mexicana (en 1982), esta empresa, que empezó siendo muy pequeña, demostraba que tenía toda la intención de innovar y mostrar mejores oportunidades para cubrir las exigencias de los clientes en el mercado ferretero, tanto en variedad de productos como en servicios de primer nivel. Y así fue, pues al pasar de los años y tras haber atravesado dos crisis económicas muy fuertes en nuestro país, logra ser una de las ferreterías mexicanas de mayor renombre. Vale la pena reconocer que comenzaron desde cero, cuando no tenían acceso a las computadoras ni a sistemas digitales y a pesar de eso siempre buscaron el camino al éxito; además que supieron sacarle provecho a su ubicación geográfica para poner a la venta productos para la pesca comercial y deportiva.
Para conocer un poco más del proceso que vivieron para llegar a lo que son hoy por hoy, el equipo de Todo Ferretería tuvo la oportunidad de platicar con el ingeniero civil Alejandro Uribe, director general de la empresa, quien en una entretenida charla nos habló de su trayecto dentro de la empresa y los planes que hay a futuro.
Mi inicio en la empresa
Tras la muerte de mi hermano en el terremoto del ‘85, decidí regresarme para San Rafael con mis padres. Poco tiempo después, se me presentó la oportunidad de trabajar aquí, cuando uno de los trabajadores quería retirarse. Puedo decir que al principio me fue muy pesado porque comencé en el mostrador y trabajaba de lunes a domingo; sin embrago, conforme pasó el tiempo y comencé a aprender más, me fue gustando bastante. En ese entonces tenía dos años de haberme graduado y sentía la necesidad de hacer cosas nuevas, y así fue. Por ejemplo, hace más de treinta y dos años, que fue cuando llegué a la empresa, no había computadoras y tampoco se tenían un registro del inventario, conforme pasó el tiempo se empezó a probar con el sistema y después se creó el propio software de la empresa, de hecho a mí me tocó desarrollarlo.
Cuando tuvimos la idea de ser mayoristas, empezamos a hacer nuestras propias rutas: el producto salía desde aquí, Veracruz, y se iba hasta Yucatán. El repartidor tardaba casi noventa días en dar la vuelta, los plazos eran muy largos y tanto a los clientes como a los proveedores no les convenía; pero con el paso del tiempo y mejores tecnologías, nos hemos ido modernizando.
La constancia y disciplina nos ha llevado a ser lo que somos ahora, considero que estamos en una buena posición frente a la competencia y nos ven bastante bien, además que la región en la que nos ubicamos nos da ventaja, pues contamos con una tienda de pesca.
No son límites, son retos
FECEGO comenzó siendo una tlapalería en San Rafael, un pueblo muy pequeño en Veracruz, con otro nombre, pero desde 1982 tenemos esta razón social. Desde ese entonces sabíamos que teníamos como competencia grandes empresas y que empezaríamos con nuestros propios recursos, pues al querer llegar a más territorio nacional tuvimos que adquirir camiones repartidores para hacer entregas personales, pero más que verlo como desventaja lo tomamos como algo bueno, cuidábamos las entregas y nos asegurábamos que el producto llegara hasta las manos del cliente. Hemos crecido poco a poco, ahora ya tenemos un centro de distribución en Mérida y queremos poner una en el Bajío para disminuir nuestros tiempos de entrega.
Actualmente manejamos un catálogo muy abierto para cualquier cliente, tanto minoristas como mayoristas, con productos eléctricos, automotrices, cerraduras, tuberías, conexiones, pegamentos, productos para pesca y muchos más. Nuestros precios están dentro del estándar establecido; además como el cliente busca el mejor servicio, eso tratamos de brindar día con día. Aunque nos ha costado trabajo porque hace quince o veinte años el empleo estaba muy centralizado en la capital del país, donde las ferreterías adquirían descuentos con las grandes compañías y era difícil competir con ellos, pero como ahora es un poco más complicado llegar hasta allá, la gente busca quienes le surtan, razón por la hemos prosperado.
Para mí ser ferretero significa
Aprender muchas cosas, porque el ferretero en México es universal. En una ferretería encuentras desde herramientas para la electricidad, plomería, hasta cosas para el hogar, es un sector muy amplio. Puedes meter productos para cualquier estación del año y las ventas siguen igual de altas, pues nosotros dependemos del mercado de reposición. A pesar de las épocas malas como la inestabilidad de precios o tipos de cambio, si nos sabemos mover bien, son buenas oportunidades para desenvolvernos. Por ejemplo, en la crisis de ’87, pero sobre todo en la del 94, estábamos bastante endeudados, pero la libramos gracias a la inflación y porque empezamos a vender bien y tener ganancias. Incluso puedo decir que estoy en un negocio muy bonito que me ha dado la oportunidad de conocer mucha gente a la que considero mis amigos o incluso familia.
La ferretería tiene la oportunidad de ser especializada, de modernizarse, de tener un mostrador pequeño y una sala de exhibición, así el cliente podrá elegir le producto directamente en la tienda.
Realidad del país
Tristemente tenemos grandes problemas de inseguridad en la zona y en los alrededores, como robos, secuestros y extorsiones. En la alta comercialización tenemos asaltos al transporte en el que hemos sufrido muchísimo, nos ha pegado muy duro porque también nos aumentaron el costo de los seguros de mercancía. Aunque el seguro nos paga, tenemos que reponer camiones con sistema de localización satelital y contratar personal que vigile las rutas. Como solución hemos cambiado nuestra estrategia de distribución empelando rutas más seguras, pero aun así nos da miedo llenar completamente los camiones.
Momentos destacables
Mi idea es ser mejor cada día, hacer mejor las cosas y los procedimientos. Siempre debemos tratar de vender más. Contamos con trescientos empleados y eso ha fortalecido los departamentos que, con organización, un mejor servicio y siempre estar surtidos al cien por ciento, nos han permitido la estima de los clientes. Nos gusta innovar y ser competitivos por eso es que desde hace más de seis años estamos desarrollando marcas propias, que debemos registrar en diversos países.
Pienso que en un futuro las ferreterías pequeñas van a morir, las grandes crecerán más. La ferretería tiene la oportunidad de ser especializada, de modernizarse, de tener un mostrador pequeño y una sala de exhibición, así el cliente podrá elegir le producto directamente en la tienda.
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